Esta mañana al levantarme tenía una sensación en el abdomen como si hubiese hecho muchas muchas abdominales. Sí, esa es la sensación que te deja la ultracavitación, por lo demás es llevadero; notas unos pitidos en los oidos mientras te van realizando el tratamiento y ganas de ir al servicio a medida que va pasando el tiempo.
Parece ser que mi grasa abdominal es la idónea para que salga con este tipo de tratamiento pues está blandita (fofa, diría yo) y es más fácil de deshacer que la que está más compactada. Es una alegría porque grasa tengo para dar y tomar, o mejor para eliminar por la orina que es como se elimina en este tratamiento junto con el sudor.
Volví de vacaciones y ví 85 en la báscula y ahora en menos de una semana veo 83,7, parece que a dieta, el ejercicio y la alimentación están consiguiendo resultados positivos y me anima mucho a seguir adelante. Se me pasan por la cabeza jarras de cerveza fresquita o algún helado refrescante pero sigo fuerte y no caigo en tentaciones absurdas que estropeen mis logros, pequeños pero míos.
¿Creéis que conseguiré bajar de los 80 en agosto? Igual es un poco precipitado, ¿no? Bueno, lo iremos viendo. Lo que sí que he visto es que mi porcentaje de grasa ha bajado bastante desde el lunes, más de un 2 %. Lo sé porque mi báscula mide el porcentaje de líquido y de grasa del cuerpo.
La verdad es que la dieta tiene mucha fibra, se come muy bien incluso creo que a veces yo comería menos pero si bien es cierto es comida que sacia por la fibra y quizás antes me saciaba con más cantidad de alimentos que no son tan recomendables de ingerir en cantidades elevadas.
No tomar nada de azúcar me está viniendo muy bien y aunque al principio notas todos los sabores, luego te gusta saborear el yogur o las infusiones o sea cual fuere el alimento en cuestión. Lo maquillamos todo de azúcar y así está nuestra insulina confundiendo al resto de hormonas de nuestro organismo.
En un libro que me estoy leyendo comentan que para que nuestro organismo haga suyos los cambios que estoy realizando ahora en mis constumbres hace falta unos tres meses para que se conviertan en una rutina diaria y no vean como una dieta que un día terminará y volveremos a las costumbres anteriores.
Se va animando el blog y os lo agradezco.
Hasta pronto.
Ana
Hola,
ResponderEliminarNotaste algún cambio después de la primera sesión de cavitación?
Tres meses? espero resistirlos y que este modo de alimentación que estoy llevando se vuelva parte de mi vida y mi cerebro deje de pedirme comida chatarra.
Abrazos.
Hola Martina
ResponderEliminarParece mucho tiempo pero realmente es mucho más el que llevas con problemas de peso, seguro; al menos yo. Y por tres meses no voy a tirar la toalla.
Ánimo, es verdad que de vez en cuando es normal que nuestra imaginación nos juegue una mala pasada y nos veamos comiendo un helado sabroso o cualquier otra mandanga de ese tipo que nos viene fatal, incluso habrá alguna vez que caigamos en la tentación pero eso no quiere decir que no debamos seguir adelante el camino, a pesar de los obstáculos que vayamos encontrando.
Ánimo, ánimo y ánimo que lo estás consiguiendo.
Un saludo
Ana